Las aplicaciones de citas han revolucionado la forma en que las personas se conocen e interactúan, y esta revolución no ha dejado de lado a los adolescentes. Aunque la mayoría de estas aplicaciones exigen una edad mínima de 18 años, la realidad es que muchos adolescentes también las utilizan. Estudios apuntan a un aumento en el uso de aplicaciones de citas entre los adolescentes, impulsado por la normalización de las relaciones sociales.
Los adolescentes no sólo buscan parejas románticas en estas aplicaciones, sino que también las utilizan para ampliar su círculo social, combatir la timidez o simplemente por curiosidad. Además, el uso de aplicaciones de citas puede ser una etapa de descubrimientos personales, brindando un espacio para explorar la propia identidad, orientación sexual y preferencias en las relaciones.
Sin embargo, las influencias de estas aplicaciones pueden afectar la autoestima de los adolescentes, tanto positiva como negativamente. La validación a través de “matches” o “me gusta” puede ser gratificante, pero también puede generar inseguridades y ansiedad sobre la imagen corporal o la aceptación social.
Es importante tener en cuenta que el uso de aplicaciones de citas por parte de adolescentes conlleva riesgos como el ciberacoso, el sexting no deseado, la exposición a contenidos inapropiados y el contacto con quienes mienten sobre su edad.
“Creo que es un problema porque como adolescente creo que deberíamos concentrarnos en nuestros estudios,” dijo Mt. Eden senior Anne Valdez. “También puede crear incertidumbres entre un extraño y un estudiante porque no sabemos si está actuando como un impostor o no.”
Los padres o educadores deben saber que es fundamental establecer conversaciones abiertas y sin prejuicios con los adolescentes sobre el uso de Internet y las aplicaciones de citas. También es fundamental informarles sobre los peligros potenciales, la importancia de proteger la información personal y cómo denunciar cualquier situación inapropiada.
Las aplicaciones de citas se han convertido en un fenómeno social que ha transformado la forma en que las personas se conocen e interactúan. Positivamente, las aplicaciones de citas implican romper los límites geográficos y sociales, tener un conjunto diverso de opciones en una pareja y tener el control de cualquier interacción.
En el lado negativo, las presentaciones en línea pueden idealizarse, aumentan los riesgos de engaño y perfiles falsos, y la dependencia emocional puede fomentarse fácilmente al pasar demasiado tiempo deslizándose hacia la izquierda y hacia la derecha.
Además, el uso excesivo de estas plataformas puede provocar dificultades en la vida de los adolescentes.
“Siento que son una gran distracción porque en algún momento los adolescentes se distraen con estas aplicaciones de citas,” dice Valdez.
La comunicación online puede ser superficial y dificultar la creación de vínculos emocionales fuertes. Es importante no idealizar la interacción virtual, sino buscar el contacto humano real.